ACTITUDES A EVITAR EN UN CONFLICTO, ESTILOS Y TÉCNICAS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.
Las actitudes a evitar ante un conflicto son las siguientes: No podemos negar el problema porque reconocer el conflicto es el primer paso para que se produzca algún tipo de cambio. Tampoco podemos posponer el abordaje ya que podría llevar a tener que abordarlo en una situación de crisis, y por lo tanto, tener una mayor dificultad para su manejo. Por otro lado, no debemos hacer atribuciones a causas externas pues inhibe a la persona de toda responsabilidad en el mismo, y por lo tanto, de su solución. Además, si problematizamos lo cotidiano puede que lleve a la existencia de situaciones en las que la solución es simplemente asumir y el afrontamiento de las circunstancias que las provoca. Por último, no se pueden admitir soluciones globales, por ello, se debe tratar de plantear soluciones concretas y realizables.
Existen 4 estilos de resolución de conflictos y son los siguientes: El primero, estilo autoritario “yo gano, tú pierdes”, es un estilo competitivo que se basa en conseguir lo que se quiere, sin importar las necesidades de las demás personas, atendiendo únicamente a los propios objetivos y metas. El segundo, estilo fortalecedor/conciliador “todas las personas ganan, nadie pierde”, es un estilo colaborativo en el que las personas implicadas en el conflicto intentan satisfacer tanto sus propios intereses como los ajenos. El tercero, estilo negligente/indiferente “yo pierdo, tú pierdes”, es un estilo en el que las personas implicadas evitan el conflicto posponiendo su resolución. Por último, tenemos el cuarto estilo, el sobreprotector “tú ganas, yo pierdo”, este estilo en el que una persona se despreocupa de lo suyo, no hace valer sus objetivos y necesidades, buscando únicamente satisfacer los intereses de las demás personas.
Técnicas de resolución de conflictos: Primera técnica, la negociación/diálogo, se trata de un proceso mediante el cual dos o más partes del conflicto intentan llegar algún tipo de acuerdo, renunciando parcialmente a los intereses individuales. Segunda técnica, la mediación, se emplea cuando las personas implicadas en un conflicto se sienten incapaces de resolverlo entre ellas, y por tanto, necesitan recurrir a otra persona, ajena e imparcial, cuya función es facilitar que estas personas, por sí mismas, logren alcanzar un acuerdo. Tercera técnica, la facilitación, interviene una persona ajena al mismo con el objetivo de facilitar la comunicación o el encuentro entre las personas en conflicto, y no de tutelar el proceso de resolución. La cuarta técnica y última, el arbitraje, interviene una persona ajena al mismo, árbitro, con el objetivo de, una vez escuchadas las personas implicadas en el conflicto, resolverlo mediante la propuesta de una resolución que las partes deben cumplir.
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